EL MOMENTO CRÍTICO
DE LA PRIMERA REVOLUCIÓN DEL
SIGLO XX1
Por Guayú De
Falkón
[email protected]
"El corazón del
socialismo desde abajo es su afirmación de que el socialismo
solamente puede
ser realizado a través de la autoemancipación
de las masas activas en movimiento, llegando a él, libremente
con sus propias
manos, movilizadas "desde abajo" en una lucha para hacerse cargo de
su propio destino, como actores (no simplemente como sujetos pacientes)
de esta
etapa de la historia. "
Hal Draper
Un
discurso de derecha sembrado en el cerebro de la izquierda
No es cómodo para quien vive en el
interior del
volcán de la revolución bolivariana y lleva a cuestas
toda una vida de alegrías,
sinsabores y amarguras acompañando las luchas populares, exhibir
de manera
pública una descarnada crítica. No por el hecho de hacerla pública o no
poder
hacerla llegar de manera directa a instituciones, partidos
políticos,
movimientos sociales o dirigentes políticos y comunitarios, sino
porque se ha
sembrado en el pensamiento colectivo del movimiento político
popular que
realizar dicho acto es lo más parecido a una traición,
delación o complicidad
con el enemigo de clase. Hacer
pública una crítica política sin
contemplación ni dar tregua a las miserias
humanas, demanda a quien se atreve a realizarla, sostener innumerables
debates
y discusiones duras y difíciles de sustentar, debido a la
cantidad de
improperios y el cúmulo de índices y miradas acusadoras
que se dirigen contra
quien cuestiona los procedimientos establecidos a priori por el, hasta
ese
momento, sagrado liderazgo
político;
pero, muy a pesar de todo ello, el ser humano es un ser social, ello
significa
que es la sociedad quien modela o construye a los hombres y mujeres
desde la
esfera de lo público, mucho
más en un
mundo donde el modelaje de la sociedad lo realizan, de facto, los
medios de
comunicación social a través del lenguaje audiovisual y
la manipulación del
goce estético. Si la crítica
no es
pública, ésta carece de efecto transformador alguno,
salvo raras y escasísimas
excepciones. Y nuestra dirigencia política bolivariana, en
gran
medida hace
caso omiso de toda crítica, se la pasa por bola a cada instante;
sobretodo si
la misma nace del movimiento social o popular. Por
lo tanto, estamos más que seguros de la inexistencia de
argumentos válidos que nos amedrenten o silencien. Mucho
menos
nos intimidará el
viejo y trillado discurso que niega la crítica y la denuncia de
las anomalías en
las filas de la revolución bolivariana para "no hacerle el juego
al
enemigo".
El nuevo camino revolucionario un ejemplo para
enfrentar al capital y las transnacionales
Los resultados de la batalla política y
económica librada por la inteligencia colectiva (general
intellect), de la
comunidad GNU/Linux del software libre, contra las transnacionales del
software
privado encabezadas por Microsoft y Bill Gates, demuestran de manera
práctica
la posibilidad real de derrotar a las transnacionales y al capital
global si
existe un plan de batalla, capacidades profesionales y habilidades y
destrezas suficientes,
la organización apropiada a la tarea a realizar, un inventario
de recursos de
inversión y la disposición general de hombres y mujeres
para llevarlo
adelante. Hoy no es del todo necesario
encapucharse para realizar nuestro plan de lucha y triunfar. La discusión abierta y en red para
solucionar problemas, corregir errores, potenciar aciertos, vigilar y
proteger
los proyectos, como también denunciar al enemigo y abortar el
trabajo de zapa
de los 5ta columnas a lo interno, es un nuevo y eficaz camino para
derrotar en
esta época a las transnacionales y el capital.
La Comunidad GNU/linux ha propinado al capital mundial y a las
transnacionales la mayor derrota política y económica de
los últimos
tiempos. Su victoria es el mayor
triunfo contra la explotación global de los pueblos que luchan
por su autoafirmación,
emancipación y la construcción de una sociedad
postcapitalista. El triunfo de la
comunidad GNU/linux
representa no sólo el camino nuevo para combatir a los enemigos
de los pueblos,
sino que representa a las futuras instituciones, a la futura
producción
material y trabajo social organizado.
Es en sí la muestra concreta que un mundo nuevo es algo
más que
posible, algo que comienza a tornarse concreto La
comunidad GNU/linux y otras similares día a día lo
están
demostrando. Su existencia,
su sustentabilidad y sus productos son la primera manifestación
de ese
mundo nuevo que
con anhelo y pasión comienza a construir la sociedad humana.
Retomando el tema inicial, y una vez que
conocemos
nuevos caminos revolucionarios para confrontar a los enemigos de los
pueblos, tenemos
que señalar que el discurso "no hay que hacerle el juego al
enemigo"
es un discurso reaccionario, totalitario y en alguna medida facistoide;
porque
es un discurso chantajista a intimidador, un discurso que la derecha
grabó en la
“conciencia” de una izquierda construida desde las
academias y
universidades a
imagen y semejanza de la oligarquía y el gran capital. Es el
discurso de una
izquierda construida, guiada y protegida por la derecha para servir a
la
derecha. Un discurso que alude a una
seudo seguridad que en lugar de proteger la revolución y los
revolucionarios,
protege la discrecionalidad y jerarquía totalitaria de la
dirigencia de los
partidos políticos de la democracia representativa que impiden
la crítica, las
discusiones, el debate de argumentos y las propuestas e iniciativas de
la base,
secuestrando las organizaciones políticas y sociales populares
al cercenar la
promoción de nuevos discursos y liderazgos. Creer en la
conseja “no hay que
hacerle el juego al enemigo” es hacerle el juego al enemigo, es
trabajar para
el enemigo mismo. Es el discurso
reaccionario que durante décadas llevó a los
revolucionarios y a las luchas de
los pueblos por callejones sin salida, conduciendo a todos a la
aceptación ciega y sin
discusión de lo establecido a priori por una jerarquía
política suplantadora de
la opinión decisiones e intereses de las bases, justificando
estas acciones
con centenares de cuentos y novelas; entre ellas: "vivimos una
situación
delicada", "hay peligro de golpe", "no debemos hacerlo
ahora porque restamos aliados", "aún no es el momento oportuno",
"hay que dejarlo así porque necesitamos votos" y el bla, bla,
bla que
por décadas llenó de frustración y rebajó
la moral de la lucha social y de l@s luchador@s
populares.
En las luchas revolucionarias latinoamericanas
el discurso "no hay que hacerle el juego al enemigo", por
décadas, ha
impactado de manera negativa a los revolucionarios y sus
organizaciones, siendo
ello una de las causas para que pequeños pícaros se
convirtieran a lo largo del
tiempo en depredadores y explotadores de los mismos revolucionarios. Es también causante de que
pequeñas
deficiencias y problemas orgánicos derivaran en sectas y mafias
políticas, las
cuales arrasaron con las organizaciones revolucionarias y movimientos
sociales,
acabando con todos los esfuerzos y conquistas de las luchas de los
pueblos.
Hoy, en un mundo lleno de canales y medios de
comunicación, el arma del enemigo es la desinformación
sistemática y
recursiva. Aquí
no vamos a contribuir con ella, engañando a quienes lleguen
estas
líneas para "no hacerle el juego al enemigo", porque no vamos a
ayudar a la oligarquía y al imperio a conducir al pueblo
bolivariano y sus
organizaciones sociales hacia el abismo, ni tampoco lo dejaremos a
merced de la
fuerza de atracción de los agujeros negros "revolucionarios"
que
constituyen una plaga en todo el continente latinoamericano, plaga no
muy
diferente a la terrible enfermedad de la lepra que apareció
durante el
medioevo. Una plaga peligrosa para todo hombre o mujer en estado de
rebeldía
revolucionaria.
La irrepetible historia
Si Karl Marx pudiera ver con sus propios ojos a los "marxistas" y escuchara lo que dicen de él y sus ideas, se estremecería de compasión e impotencia debido al profundo amor que siempre demostró sentir por el ser humano. El mismo diría que sus ideas no son la doctrina de una religión y en esta época no son ideas revolucionarias ni mucho menos de vanguardia. También diría que el comunismo que propuso a la humanidad como salida a sus problemas no es nada establecido a priori, sino un plan general que conduciría el movimiento que anularía el estado de cosas actual para sacar al hombre de la explotación y enajenación en la que se encuentra, la única meta definida de lo que propuso como comunismo. Señalaría, además, que todo aquello realizado en nombre del comunismo fue una caricatura. Tenebrosa en algunos casos. El mismo diría que la mayoría sus supuestos y propuestas teóricas están superadas; por lo tanto ¡hay que desecharlos! Y terminaría diciendo que sería una pérdida de tiempo u ociosidad aprender a leer con la mayor parte de sus escritos. La mayoría de los marxistas desconoce que Marx, en vida, en una entrevista reconoce que a lo sumo 4 o 5 de sus trabajos transcenderían. Y estos no son precisamente los trabajos reproducidos, recomendados, editados y reeditados por los “marxistas” la burguesía y sus “academias” a lo largo de un siglo y medio.
La encrucijada de la
revolución bolivariana
Tras una gran cantidad de batallas libradas por
el pueblo venezolano en su confrontación con el
imperio y la oligarquía, luego de haber derrotado en la
OEA
(triunfo electoral) a la Doctrina Monroe de los EE.UU. las fuerzas
bolivarianas
tropiezan con mayores dificultades cada día que pasa. Mientras el gobierno del Presidente
Chávez
denuncia la existencia de un complot en marcha para asesinarlo y se
toman
medidas extremas para conjurar el peligro, las divisiones de avanzada
del
imperio, hasta ahora, en repliegue y estacionadas a discreción
al interior de
Venezuela, comienzan su reorganización y puesta en marcha para
atentar contra
la revolución bolivariana y el pueblo venezolano, una vez
más.
Luego de contundentes triunfos políticos
y
económicos sobre la oligarquía y el imperio, aún
la revolución bolivariana no
ha logrado consolidar al interior del país una extensiva y
perdurable
gobernabilidad. A la autoridad
gubernamental le es difícil obtener un control local eficiente a
fin de
conseguir el respiro y la tranquilidad apropiada, para prepararnos a
enfrentar
la agresión de los EE.UU. con una más que relativa
seguridad interna, agresión
que el gobierno bolivariano asegura que se realizará con una
invasión.
Como sucede en todas las revoluciones, el
movimiento transformador impulsa un conjunto de acciones que ponen en
movimiento a la mayoría de las fuerzas sociales,
económicas, políticas,
culturales y militares, fuerzas que en medio del reacomodo a los
cambios que
ocurren en las superestructuras del Estado y en la sociedad, se
enfrentan unas
a otras por el control del poder político, económico,
cultural y militar
combatiendo sin cuartel; unos combaten por la entrada en vigencia de lo
nuevo y
la captura del poder, y otros combaten por la defensa de lo viejo y del
poder. Como es lógico esperar, el
éxito de la
revolución dependerá tanto de la condición
material, conocimientos, cualidades,
habilidades y destrezas de las fuerzas transformadoras, de la
resistencia de
las fuerzas reaccionarias a los cambios propuestos y de las condiciones
materiales presentes; es decir, dependerá también de la
existencia del
suficiente desarrollo de las fuerzas productivas internas del
país capaz de
sustentar y llevar a cabo hasta lo último las transformaciones
revolucionarias.
La pregunta de las diez mil lochas
Desde 1999 hasta el 2005 se han llevado a cabo
una gran cantidad de batallas contra la oligarquía y el imperio,
la mayoría de
ellas se han ganado; pero a pesar de los contundentes triunfos sobre
los
enemigos internos y externos, no se ha consolidado de manera suficiente
lo
conquistado y parte de ello ha sido recuperado por los enemigos de la
revolución. La dirigencia
política
prefirió seguir avanzando sin consolidar los triunfos. Se
abandonaron a su suerte
importantes espacios sin intentar defenderlos luego de haberlos
conquistado con
el fragor del combate del pueblo. Esta
es una de las situaciones que ha hecho que se enrarezca el clima
político al
interior de las fuerzas del cambio,
generando una pregunta que hoy es común a gran cantidad de
líderes populares
emergentes, quienes junto a miles de sujetos de pueblo, atraídos
por los
beneficios de las políticas sociales y el discurso confrontador
y redentor de
los pobres del Presidente Chávez, han puesto la gruesa
cuotaparte de sangre
sudor y lágrimas sin encontrarse ubicados en lugar alguno de
toma de
decisiones, depositando su fe ciega en el liderazgo de Hugo
Chávez. La interrogante que invade
el ambiente es
¿por qué luego de la contundente derrota militar
propinada al fascismo y el
imperio el 13 de abril del 2002, haber derrotado el paro petrolero de
noviembre
de 2002, haber ganado las primeras batallas contra la política
neoliberal a
través de las Misiones cuyas acciones sociales tienen un impacto
de
trascendencia universal, más las nueve (9) derrotas electorales
que se le han
propinado a los enemigos de la revolución bolivariana, y a pesar
de
estadísticas que presentan al Presidente Chávez con
alrededor de un 70% de
respaldo popular, se ha hecho cada vez más cuesta arriba
continuar avanzando a
situaciones trascendentales y significativas de mejoría de las
condiciones
materiales y sociales del pueblo para dar contenido concreto a los
máximos
postulados constitucionales?
Esta pregunta que atraviesa todas las
conversaciones y discusiones que hoy se dan en el seno del pueblo
bolivariano, dan
origen a clásicas preguntas que emergen en el momento
crítico que viven todas
las revoluciones, momento donde la reacción contraataca
incluyendo a la 5ta
columna. ¿Quienes son los
amigos y
quienes son los enemigos del pueblo? Una
vez
atendidas estas dos interrogantes y luego de los correspondientes
análisis,
argumentos y respuestas a las polémicas por ella desatadas,
surgen las otras
dos clásicas preguntas ¿qué hacer? y ¿por
dónde empezar? Las últimas
dos preguntas surgen de los
análisis populares que señalan la inexistencia de una
organización política que
dirija la totalidad de las fuerzas del cambio y sustente un discurso
teórico
que de respuestas y cobijo a los revolucionarios y sus aspiraciones.
¿Una nueva meritocracia en PDVSA?
Raros y extraños cambios están
operando al
interior de la revolución bolivariana. Desde hace un
tiempo para
acá, se ha
cercenado el espacio mediático oficial a la mayoría los
más connotados críticos
e investigadores revolucionarios sobre la cuestión petrolera,
como también se
ha hecho lo mismo con los ecologistas y defensores de los derechos de
las
etnias aborígenes. Los
patriotas del pueblo bolivariano, los mayores defensores de la
industria petrolera, aquellos venzolanos de a pie que dejaron el cuero
y la sangre rescatando PDVSA
de las
garras de la meritocracia fascista y el imperio, han sido casi borrados
del
mapa
laboral de la industria petrolera por "decisión" de una nueva
meritocracia, esta vez con perfil
"revolucionario", elevada al poder.
Prueba de lo anterior es el secuestro del
discurso
petrolero. Antes del paro de noviembre
el discurso sobre el petróleo había que sacarlo a la
calle, había que hacerlo "popular" para arrebatarlo a
la meritocracia. Así lo
exigía la
necesidad de lograr la participación del pueblo en el rescate de
PDVSA; por lo
tanto, tenían que dejar de ser secretos los problemas de la
industria petrolera
nacional para pasar a ser de “dominio” público.
Y hoy, a dos años de existencia de la "nueva" PDVSA, el
discurso petrolero de la nueva élite ordena dejar la industria y
su futuro a
los "nuevos" gerentes de la revolución, dejarla en manos de los
nuevos "especialistas" (meritócratas rojos), todos
revolucionarios; o
sea, en la nueva clase petrolera elevada al poder.
En adelante el pueblo
deberá apoyar las Misiones que financia PDVSA y dedicarse de
lleno a defender
al ministro de los ataques de la oligarquía y el imperio. La nueva gerencia petrolera invirtió la
vieja conseja popular. Hoy, lo que es
bueno para el pavo ya no es bueno para la pava.
¿Comunicación e información
o impotentes armas
mediáticas?
Hace tres (3) años propusimos que se
hiciera un
inventario de medios y recursos de comunicación e
información en poder del
Estado para elaborar con ellos un plan y una estrategia comunicacional
e
informativa, algo que hoy recién se anuncia que se pondrá
en
marcha. No se puede combatir al imperio
sin las
armas de la comunicación. Los
medios de
comunicación social y la industria de la comunicación son
las nuevas y más potentes
armas de guerra contemporáneas.
Una revolución sin potentes medios de
comunicación e información y sin una industria nacional
de la comunicación que
los sustente, es una revolución desarmada, tan desarmada como
una revolución
sin fusiles ni cañones en el siglo XX.
Una estrategia comunicacional e informativa
revolucionaria no es ni una campaña permanente de propaganda ni
tampoco la
formación de equipos de agitación que la realicen, el
tipo de cambio operado en
la comunicación e información bolivariana en
relación con el 11 de abril de
2002. Hoy tenemos mayor cantidad de
propaganda oficial que información y comunicación
revolucionaria.
Si la Academia Militar de la FAN no incluye en
el glosario de términos militares de la revolución
bolivariana a los medios de
comunicación como las más potentes armas de guerra
contemporáneas, no tendremos
oportunidad alguna de resistir y triunfar en las batallas futuras, ni
mucho
menos ganar la guerra al imperio; porque el discurso mediático y
los medios e
instrumentos de la comunicación social, son en el campo de
batalla de la
audiencia pública universal las principales armas de combate
contemporáneas.
Para superar las dificultades y deficiencias en
ese terreno, lo
que menos tenemos es tiempo. Resistir y
ganar la
guerra comunicacional e informativa al imperio requiere: Primero,
preparar los
sujetos que tendrán a cargo la batalla comunicacional,
comunicadores sociales,
técnicos, ingenieros, empresarios y gerentes que se harán
cargo de la industria
de la comunicación e información nacional; para ello se
necesita el
desplazamiento de las transnacionales del sector comunicacional como
política
de seguridad nacional. Segundo, sacar
los presupuestos de gastos en comunicación e información
de los ministerios y
entes del Estado, concentrándolos para sustentar toda la
comunicación e
información de la revolución bolivariana, libre de
corrupción; está última, una
perversa práctica que sólo sirve al imperio, a la
reacción y al Estado
dominador. La discrecionalidad y
perversión en el manejo de los presupuestos de gastos de las
partidas de
comunicación e información en el Estado, es una de las
grandes fuentes de
corrupción de la administración pública, y a la
vez, es responsable de gran
parte del estado errático y caótico de las comunicaciones
y sistemas de
información y difusión bolivarianas. Tercero, incorporar
a la revolución
bolivariana nuevos y más potentes medios de comunicación
Estatal, públicos, privados y
comunitarios de verdad; estos últimos, medios de
comunicación comunitarios que acaben con los parapetos que
encubren
empresas
privadas o proyectos personales, y acaben también con aquellos
convertidos en juguetes comunicacionales para
jóvenes
caprichosos e instrumentos de terapia para locutores tímidos,
periodistas frustrados y productores fracasados.
Todo esto se requiere hoy ¡mañana
será
demasiado tarde! La revolución
bolivariana cuenta con suficientes recursos económicos para
emprender ese
esfuerzo. De otro modo, cada día
que
transcurra será mucho más difícil lograr la
gobernabilidad de la vida
nacional. Se requiere gran diversidad
de medios de comunicación, revistas, periódicos,
publicaciones literarias y
artísticas, programas de radio y Tv. nacionales y regionales. Todo esto, sólo el Estado
revolucionario
puede garantizarlo; de no hacerlo, la inestabilidad que genera la
comunicación
del imperio y la oligarquía producirán miles de millones
de dólares en
pérdidas, una vez más, y lo conquistado de nuevo se
perderá. Lo sucedido durante del
paro petrolero no
tiene que volver a repetirse porque se
puede evitar. ¿Acaso no ha sido
suficiente haber perdido miles de millones de dólares que
jamás se recuperarán durante
el paro sostenido y convocado por los medios de comunicación
privados
nacionales e internacionales? Existen
en las arcas de la revolución bolivariana recursos más
que suficientes para
contratar en cualquier lugar del planeta los sujetos con el
conocimiento y
capacidades que la tarea exige; inclusive, muchos de ellos
revolucionarios u
partidarios o solidarios del proyecto bolivariano.
Adquirir la solución definitiva en el tiempo necesario
para que
sea eficiente y eficaz, es en gran parte una decisión
política que no cuenta
con mucho espacio de tiempo oportuno, una decisión
política que en el gobierno
bolivariano hasta ahora, nadie, sin excepción, parece dispuesto
a tomar.
Formalidad y discrecionalidad jurídica
En este terreno la revolución bolivariana
hace
agua por todos lados. Los postulados neocontractuales o procedimientos
formales
del derecho que sustentan la justicia y ética neoliberal,
despedazan a diario
los postulados de justicia constitucionales que propone la
revolución
bolivariana. A seis años de la
llegada
del gobierno bolivariano, continúan siendo los más pobres
los negros e
indígenas, los más explotados o expoliados y las mayores
víctimas del sistema
judicial y policial de la revolución bolivariana.
El problema de la injusticia y la complicidad política
con ella,
es de tal magnitud, que masacres policiales evidentes y documentadas
ocurridas
en varios estados del país, corren el riesgo de quedar impunes
por el negociado
político que realizan los victimarios amparados en la sociedad
de cómplices del
contubernio entre la clase política y la clase económica
que tiene colonizado
todo el Estado. Todos amparados por la
contrarrevolucionaria conseja política que reza "no hay que
hacerle el
juego al enemigo"; aunque ello signifique proteger monstruos. La complicidad de parte de los poderes
políticos con los involucrados en los hechos de asesinatos
policiales masivos
en varios estados llega a una magnitud tal, que para restar valor a la
comisión
de la Asamblea Nacional que investigó los desmanes de la
policía de un
gobernador de un partido de gobierno, el Presidente de la Asamblea
Nacional y
miembro del principal partido de gobierno, creó sin autoridad
legal, una ilegal
comisión para filtrar los resultados de la legítima
comisión investigadora de
las denuncias juramentada por la cámara, cuyos resultados
preliminares condenan
al gobernador investigado y a su policía por asesinatos masivos
y brutalidad
policíaca.
El abandono de la mayor víctima de la
explotación: los presos
La reivindicación de las mayores
víctimas de la
IV República, los presos, continúa en mora.
La intención del legislador bolivariano de hacer leyes
retroactivas,
concepción reaccionaria del derecho defendida y argumentada por
abogados que
sienten como revolucionario la puesta en vigencia de la Ley del
Talión; o sea,
el regreso de la Administración de Justicia al irracional y
arcaico estado de
reacción cuasi animal de la especie humana: “Ojo por ojo y
diente por diente”;
algo que por ahora se detuvo en sus perversas intenciones por la
presión de los
presos y sus familias. Por cierto,
presos que se matan unos a otros con armas de fuego y granadas de
guerra, armas
comunes en todas las cárceles del país, armas no comunes
en las demás cárceles
del mundo. La revolución en el
sistema
penitenciario recién se comienza a perfilar y manifiesta algunas
señales de
cambio; aunque débiles aún para impedir el dantesco
escenario cotidiano de
muertes y violencia en las cárceles venezolanas.
El discurso de la inseguridad, hasta ahora sirve más para
realizar compras de equipos y vehículos que enriquecen a
transnacionales,
comerciantes, empresarios y funcionarios corruptos; pero no sirve para
mejorar
la situación de la víctimas de la inseguridad, donde las
primeras víctimas son
los presos.
La inseguridad del empleo, la inseguridad de un
salario, sueldo o ingresos monetarios satisfactorios, la inseguridad de
la
existencia de artículos de primera necesidad a precios no
especulativos
-especulación que no ha detenido La Misión Mercal sino
que crece paralela a
ésta-, la inseguridad de un sistema de justicia y policial
ético y justo, la
inseguridad de la vivienda que aumenta con el cambio climático y
los deslaves
que derriban viviendas populares a granel, la inseguridad de la
seguridad
social, la inseguridad laboral e indefensión de los trabajadores
que deviene de
la inexistencia de una nueva ley del trabajo que a seis años de
revolución
bolivariana no pasa de ser un discurso, son los principales
responsables de la
opción por la delincuencia que le queda a los más pobres
y más explotados de la
sociedad venezolana. Y la
responsabilidad de que la inseguridad en muchos campos continúe
igual y se
incremente, recae en gran medida sobre el poder legislativo; en
especial sobre
la mayoría, sobre el bloque del "cambio", por su incapacidad y/o
complicidad en la demora para resolver la situación de una ley
antineoliberal
para los trabajadores. Las
transnacionales y el neoliberalismo hacen con el empleo y los
trabajadores lo
que le da la gana, explotando de manera salvaje a todos los venezolanos
en la
narices de la revolución bolivariana, protegidos por el tinglado
legal de la IV
República, una burocracia pública que hace la vista gorda
ante la explotación y
los abusos del capital, la complicidad de una dirigencia sindical de
larga data
lacaya, como también de la incapacidad y falta de ideas del
“nuevo” movimiento
sindical, nacido eunuco y con bisagras en las rodillas para
reverenciarse ante
el poder estatal y los explotadores privados.
El holograma de la moral pública
La Contraloría General de la
República, la
Fiscalía Pública y el Defensor del Pueblo que conforman
el Poder Moral, es lo
más parecido a una entelequia o una abstracción. Son más propaganda que un hecho
revolucionario. La conducta ética
de sus funcionarios no constituyen la regla sino que son cualidades de
escasos
y excepcionales funcionarios. La
corrupción campea a lo largo y ancho de la administración
pública del poder
moral. Las policías u organismos
judiciales continúan llenos de delincuentes de cuello blanco, a
los que se le
han sumado los nuevos de cuello rojo.
La tarea de educación en la Constitución y las
Leyes a cargo del Poder
Moral, labor que debería hacerse en todo el sistema de
enseñanza de manera
obligatoria, es un saludo a la bandera.
El papel del Poder Moral en la revolución bolivariana es
tan gris como
el del poder judicial. Ambos poderes
públicos son primos hermanos, son los grandes pilares que
aún soportan la
resistencia de una no despreciable porción, viva y con buena
salud, de la IV República. Contrarias
a la historia y enseñanzas de
todas las revoluciones, estas
instituciones respetan los títulos y jerarquías
establecidos a priori sin
exigir la demostración de los saberes cualidades y capacidades
de cada quien,
en el terreno, en la praxis, respetando el protocolo
tradición y herencia
de un ejercicio profesional público corrupto en su
mayoría. Es así como la
mayor parte del funcionariado
de estos dos poderes públicos continúan
al servicio del capital, la oligarquía y las
transnacionales.
A pesar de las miles y miles de togas y
birretes que exhiben el Poder Judicial
y el Poder Moral juntos, son los "profesionales" del "Derecho" los
primeros corruptos y los grandes corruptores de la sociedad venezolana. Todos con "excelentes credenciales
académicas" emitidas por unas podridas y corruptas universidades
públicas
y privadas, instituciones desconocidas en su vida interna por la
sociedad, la
gran víctima de la academia y sus productos.
Si nuestra afirmación no fuera así
¿cómo se explica que exista tanta
corrupción en el Poder Judicial y el
Poder Moral, donde aún el libre mercado determina el precio de
muchas
sentencias y se da la mano con las sentencias clientelares de los
afectos o
apadrinados del sistema político y económico,
situación que significa para la
mayoría de la población venezolana, o sea para los pobres
y explotados, "la
maldición de todo aquel que no posea dinero para comprarla"?
La realidad negativa que representa el poder
judicial para la sociedad es sólo conmensurable en
idénticos términos con los
ingenieros, economistas, administradores y contadores públicos
que participaron
en el paro petrolero y perdieron su empleo en PDVSA.
La mayor expresión de la sinergia de los profesionales
egresados
de las universidades nacionales públicas y privadas ha sido
negativa para el
país y el futuro inmediato de la población.
Cerrar todas las academias para repensarlas y construir una
nueva
universidad nacional sería una profilaxis social necesaria y
beneficiosa para
la revolución bolivariana y toda la sociedad.
Las universidades en su conjunto son la primera división
que sustenta la
invasión imperial que se realizó hace tiempo; una
invasión que exige la
movilización nacional para efectuar su inmediato desalojo, tarea
que la
revolución bolivariana no ha realizado y ni siquiera planteado.
¿Desalojar la invasión o
resistirla?
La invasión externa para la que se
prepara la
Reserva Nacional, en nuestra opinión y a nuestro juicio, el
imperio la
realizará sólo si ello le permite distraer a los pueblos
de los demás países
mientras se privatizan empresas públicas, se firman acuerdos
antinacionales de
sumisión a la Doctrina Monroe, se oligopolizan los organismos
internacionales,
se establece la apertura de mercados nacionales a las transnacionales imperiales, se estrangulan las
economías
dependientes con la venta al imperio de leyes constituciones y
países enteros
por élites nacionales corruptas. Esto
es lo que ha estado sucediendo desde hace cuatro años encubierto
por la cortina
de humo distractiva de la invasión de Afganistán e Irak,
con total
desconocimiento de los pueblos entrañados y aterrados por las
campañas
mediáticas y la cortina de humo hertziano de las emisiones de
ondas de radio y
las imágenes de los rayos catódicos.
La invasión física de los marines estadounidenses
a Venezuela se hará
sólo si la revolución bolivariana prende en el resto del
continente y amenaza
con un incendio social general a Latinoamérica, algo que cada
día que pasa se
torna cuesta arriba, una tarea que exige grandes esfuerzos.
Para la agresión del imperio a lo
interno, este
cuenta con varias divisiones de su avanzada instaladas en el territorio
nacional desde hace décadas e intactas, las cuales pueden ser
activadas en
cualquier momento si no son desalojadas de sus espacios y posiciones lo
antes
posible. Por ello, lo primero que
hay
que hacer, y ahora, es organizar un ejército nacional para
arremeter contra
ellas y desalojarlas del país de manera definitiva.
Desalojarlos de las universidades, medios de comunicación
social,
de las instituciones policiales y militares, de los organismos
públicos, de las
iglesias, desalojarlos de las leyes y de la Constitución
Bolivariana donde
tienen espacios conquistados a traición del pueblo venezolano
durante el
proceso constituyente. Para esta
confrontación se requiere el concurso de eso que el Presidente
Chávez ha
llamado la Guardia Territorial. O sea,
todo el pueblo organizado dispuesto a combatir y defender la
revolución; pero,
combatir por la revolución del
pueblo bolivariano, no la de los
burócratas y la de viejos explotadores nacionales, sino combatir
por la revolución de nosotros.
Sin el pueblo movilizado en su conjunto, las divisiones de
avanzada del imperio enclavadas por décadas en el territorio
nacional nunca
serán derrotadas ni desalojadas; porque si esto no lo hacemos
nunca seremos libres ni soberanos aunque lo declaremos todos los
días a cada instante. A
seis
(6) años de revolución bolivariana las divisiones de
avanzada del imperio en su
mayoría están al acecho, listas para atacar en cualquier
momento al pueblo
venezolano desde sus viejas y consolidadas posiciones.
Justicia neocontractual neoliberal o
postmoderna
El porte neoliberal del sistema judicial de la
revolución bolivariana exhibió de cuerpo entero sus
postulados, en una decisión
del Tribunal Supremo de Justicia que dejó fuera del ejercicio al
derecho de
casación a todos los pobres; o sea, excluyó del ejercicio
de ese derecho a la
inmensa mayoría del país. El
más alto
tribunal de la revolución bolivariana decidió que la
casación tendría lugar
sólo si la sentencia a impugnar superaba una suma de dinero
establecida a
priori por este organismo. El TSJ puso
precio al derecho a la casación, decidiendo de facto que los
pobres no tienen
derecho a recurrir a ella porque las demandas entre éstos no
tienen la cuantía
monetaria de las demandas del empresariado y la oligarquía, los
clientes
privilegiados del sistema de justicia neoliberal que mantiene en pie la
revolución bolivariana. Una
Administración de Justicia que tiene como símbolo a la
dama ciega, imagen de
mujer "no vidente" que cuando emite el veredicto su
“conciencia”y "juicio" sólo
ve a los pobres y explotados frente a ella.
Prostituida “dama
ciega” a la
que le llegó la hora de su reemplazo, quizás por una
pareja o
familia; pero esta vez de videntes que no sólo vean y miren con
los dos
ojos bien abiertos, sino que también miren
con
los ojos de la razón.
Y el corolario de la ineficiencia, ineficacia e
inutilidad del sistema de administración de justicia y del Poder
Moral en la
revolución bolivariana, lo corrobora la cuasi inexistencia o
escuálidas
demandas judiciales de parte del defensor del pueblo, fiscal
público y
procuradora de la nación en contra del financiamiento externo a
los cipayos y
las ONG´s para atentar contra la república, un hecho
delictivo contra la nación
público y notorio de intromisión extranjera en los
asuntos internos de la
República Bolivariana de Venezuela, declarado por la propia NED
y por congresistas
estadounidenses de visita en la propia Asamblea Nacional.
Hasta ahora las instituciones encargadas de
proteger el Estado revolucionario hacen muy poco para poner fin a tal
felonía. Ningún abogado de
la República
ha demandado a los fomentadores de la
inestabilidad y la conspiración contra el gobierno y la
revolución bolivariana,
a pesar de una ley penal vigente que data del año 1915,
instrumento legal
suficiente para enjuiciar y encarcelar a los conspiradores por
traición y
contener la descarada intromisión de la NED y el Departamento de
Estado de los
EE.UU. en Venezuela.
Mientras concebíamos este trabajo y lo
redactábamos, la fiscalía pública demandó
por conspiración contra la forma política
de Venezuela a los dirigentes de SUMATE, una ONG financiada por la NED
al igual
que a otras similares en 79 países más, siendo
beneficiados por el tribunal de
la causa para ser juzgados en libertad; es decir, con el suficiente
espacio de
libertad para que sigan conspirando y haciéndole propaganda al
imperio, mas cuando
los delitos de traición y conspiración contra la
nación, delitos penados con
cárcel en el código pena vigente, están
confirmados de manera flagrante. SUMATE no
es la única ONG que ha recibido
fondos extranjeros para conspirar contra la República
Bolivariana de
Venezuela. Son varia ONG´s que han
hecho
campañas de desestabilización con fondos de la NED: La
campaña contra el
decreto 1011 "con mis hijos no", “el firmazo”, etc., cuyo
financiamiento externo está documentado y nadie los ha
demandado, como tampoco
se ha hecho con los dueños de los medios de comunicación
terroristas, con los dirigentes
de la fallecida Coordinadora Democrática, ni tampoco con los
asesinos de más de cien (100) dirigentes campesinos,
crímenes hasta ahora impunes.
El
estado de las palancas fundamentales de la revolución bolivariana
Es precisamente aquí donde la
revolución
bolivariana se juega su prestigio universal liberadora y
transformadora, y es
también aquí donde el pueblo venezolano se juega gran
parte de su oportunidad
emancipadora de no cambiar de manera radical la situación
existente. La educación y el
trabajo, las palancas
fundamentales para construir el Estado de Derecho y de Justicia Social
señalado
en la Constitución, siguen presos de los intereses neoliberales
y
oligárquicos.
La alfabetización en la educación
escolar
La educación de la revolución
bolivariana tiene
como tarea elevar la formación del ciudadano a las exigencias
del mundo
contemporáneo. Esto significa
superar
la barrera no sólo del analfabetismo lectoescritor, sino que
está obligada a
superar el analfabetismo informacional y construir un sistema de
formación
educativa satisfactoria, para que el ciudadano del siglo XXI adquiera
las
herramientas y conocimientos que requiera a lo largo de su vida,
para
producir al final, una sociedad sustentada por un ciudadano
ético, justo,
solidario, creador, capaz, no subordinado y estético. Un ciudadano que acepte y reconozca las
desigualdades entre los
seres humanos, un ciudadano que produzca todo lo que pueda y sea capaz
de
hacer, y tome de la producción social todo lo que necesite luego
de satisfechas
las necesidades básicas de todos: alimentación, actividad
productiva, vivienda,
salud, educación, recreación, estética y servicios.
A principios del siglo XX, un diputado y
dirigente obrero socialista del sur del continente latinoamericano,
Luis Emilio
Recabarren, en su condición de parlamentario popular
señalaba que en Chile a
100 años de la independencia de España "...Haber
aprendido a leer y a escribir
pésimamente, como
pasa con la generalidad del pueblo que vive en el extremo, opuesto de la comodidad, no significa en verdad el
más leve átomo de progreso".
(Ricos y Pobres, 03/09/1910) Si para
Recabarren el que los pobres y explotados fueran alfabetizados en una
sociedad
que en el año de 1910 vivía similar a la Venezuela de
1976 significaba casi
nada, no hay que ser un experto del PNUD o matemático para
deducir que cien
(100) años más tarde, en una sociedad mucho más
compleja y numerosa, con muchas
más exigencias y necesidades, aprender a leer y escribir
significa bastante
menos que hace 100 años. En
términos de
Luis Emilio Recabarren, aprender a leer y escribir hoy para el pueblo
explotado
sería mucho menos que casi nada; mucho menos que "el más
leve átomo de
progreso". Esto, con total
independencia de la satisfacción que sientan y lo que expresen
sobre el hecho
los propios alfabetizados, y por encima del discurso de la propaganda
que sobre
el hecho en sí y sus resultados se realicen.
La alfabetización sólo es de
significación para
los ciudadanos y un país, cuando el resto de los aprendizajes de
la educación
es posible obtenerlos y sustentarlos a lo largo del tiempo; mucho
más cuando en
esta época los conocimientos adquiridos tienen una corta
vigencia, tanto por la
producción continua y superación permanente de los
saberes y especialidades,
como por la presión artificial que sobre los hombres y mujeres
ejerce una
sociedad de consumo que obliga a cambiarlo todo cuando el mercado
así lo
determina.
A lo anterior tenemos que añadir que los
contenidos del conocimiento en esta época no se adquieren en su
mayor significado a
través de
la lectoescritura. Hoy, para aprender,
el lenguaje
audiovisual
es muy superior al lenguaje lectoescritor. Holywood
lo ha demostrado desde hace más de
medio siglo a través del cine, y ello ha sido confirmado la
televisión.
Desde Holywood se ha educado, enseñado o amaestrado al
planeta entero en
los intereses del imperio y el capital, por encima de todos los
sistemas
educativos
nacionales y sus enseñanzas lectoescritoras, las cuales han
resultado impotentes para oponerse a la potencia del
lenguaje audiovisual.
Modelaje educativo dominador
El conjunto de profesionales de la
educación
son portadores cerebrales del software educativo del imperio y la
dominación
oligárquica. La crítica a
los caducos y
antinacionales contenidos de la educación y la
construcción de otros nuevos,
sufrió un duro revés al vencer la propuesta de
educación dominadora bajo el
rótulo de Estado Docente, modelo educativo que
aplastó la propuesta que
venía impulsándose desde abajo bajo la consigna gobierno
escolar, junto
con echar al pote de la basura burocrática la mayoría de
las propuestas de la
Constituyente Educativa, una organización popular que a
través de un proceso
participativo dio a luz el proyecto del nonato gobierno escolar,
proceso
donde la población docente comprometida con las transformaciones
en marcha,
dejó su carne y sangre en ininterminables debates y discusiones
a lo largo y
ancho del país, durante un prolongado período de tiempo,
cuyos costos asumió
cada quien con la finalidad de aportar al país una propuesta
educativa para la
revolución bolivariana y el ciudadano del siglo XXI. Ese esfuerzo colectivo de los docentes fue
enterrado por las
políticas educativas que llevó adelante el Ministro
Aristóbulo Istúriz, quien
sin compasión con la miseria, en nombre de la burocracia del
Estado Dominador,
le rezó "paz a sus restos".
El símbolo universitario bolivariano
La situación de la educación
superior no es muy
diferente a la primaria y básica, la Universidad Bolivariana de
Venezuela,
creada para ser el símbolo educativo de la revolución, ha
transitado por un mar
de tempestades que la ha llevado a una situación no muy distinta
del resto del
sistema educativo nacional. Y es natural que así sea. Los sujetos que forman parte del componente
docente y administrativo vienen de las demás universidades y
fueron formados
por la academia de la subordinación y la dependencia en continuo
y pleno
desarrollo. El despliegue de
habilidades y destrezas para crear sistemas educativos nunca fue labor
de
ellos. En su mayoría fueron
contestatarios, luchadores contra la opresión y
discriminación social que luego de
egresar de las
"universidades" nacionales realizaron prácticas docentes,
administrativas
y gerencia educativa de escasa o nula práctica transformadora
real. Su praxis la realizaron en el
marco
político y educativo existente en la IV República.
A todo lo anterior se suma la falta de
comprensión y claridad de la Asamblea Nacional sobre la
necesidad de una nueva
ley de universidades que se conecte con la revolución
bolivariana. Y la ausencia de
interés de parte de la
Asamblea Nacional en el tema, desmiente el compromiso de este Poder
Público con
la Constitución Nacional y sus principios fundamentales. Para la Asamblea Nacional la educación
no es
la principal palanca para la construcción del Estado de Derecho
y de Justicia
Social, por los hechos; porque por los discursos, todos sus miembros se
rasgan
las vestiduras.
Los críticos de la decisión de
crear una nueva
universidad para los pobres o excluidos, afirman que se hubiera ganado
mucho
más si la revolución bolivariana hubiera luchado por
conquistar las
universidades nacionales y desalojar a sus colonizadores y
secuestradores, en
lugar de abrir una universidad para el pueblo excluido y mantener, sin
cambios,
el mega multimillonario presupuesto universitario público que
paga el Estado de
la V República para generar recursos humanos al servicio de la
oligarquía, las
transnacionales y el condado de Miami.
La irracionalidad educativa y las prioridades
de las especialidades seleccionadas en la Universidad Bolivariana de
Venezuela
UBV para la formación de profesionales, es algo que no
terminamos de comprender,
algo que nos cuesta creer, o mejor dicho, nos resulta difícil
aceptar que
sea real. El discurso del Presidente
Chávez, quién en privado ha dicho considerarse el Rector
espiritual de la UBV
por ser ésta una iniciativa suya, ha reclamado la carencia de
profesionales en
todas las esferas públicas que trabajen para la
revolución. Pero la escogencia de
especialidades hechas
por los estudiantes sigue la misma senda que modeló la IV
República. Las aulas de los
Programas de Formación de Grado
de Estudios Jurídicos están rebasadas de alumnos, o sea,
repletas de
estudiantes que quieren ejercer la abogacía, lo que significa
que desean
pertenecer al poder judicial o trabajar para su sistema y realizarse en
el
ámbito laboral de mayores oportunidades de movilización
social. Porque a menos que nos lo
prueben, dudamos
que la escogencia del Derecho sea para ejercer como fiscal
público o defensor
del pueblo, y menos creemos que sea para asesorar cooperativas,
comunidades u
organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Los profesionales más corruptos son los que ejercen el
"Derecho", son los corruptores del poder judicial y del sistema
policial; además son los responsables de gran parte de la
perversión continua
de la sociedad venezolana. Y estos
alumnos provienen de los liceos de la revolución bolivariana,
han sido educados
(moldeados) por la revolución. Son producto de la revolución; pero no
son
el producto cultural de la democracia participativa expresada en la
Constitución, sino que en su mayoría son el producto
educativo neoliberal que
resiste las transformaciones propuestas a la sociedad venezolana y
atraviesa la revolución bolivariana.
Asesores neoliberales para la Misión
Vuelvan
Caras
La paradoja es que mientras las carreras de
mayor demanda social en el conjunto de universidades públicas y
privadas son
comunicación social, medicina, odontología, derecho,
arquitectura y economía,
carreras secuestradas por las élites privadas en todas las
universidades
nacionales públicas y privadas, en la UBV, la
satisfacción de la necesidad de
profesionales en el área de la economía de la
revolución bolivariana sigue
esperando por la aparición de un santo que la convierta en un
milagro. Es aquí donde el discurso
revolucionario
emancipador, integrador y latinoamericanista del gobierno bolivariano
choca con
la realidad oligárquica y neoliberal de muchos de los hechos
concretos.
De acuerdo con lo que expresa el gobierno, la
Misión Vuelvan Caras es la respuesta de la revolución
bolivariana al
capitalismo neoliberal -es lo que se intenta o se nos presenta como
tal-, y a
esta Misión se le han destinado gran cantidad de recursos
económicos para sacar
adelante el proyecto cooperativo que impulsa el gobierno nacional; mas
no será
fácil el futuro inmediato de los lanceros y sus cooperativas,
porque los profesionales
que asesorarán los próximos 5 años a la
revolución bolivariana y las nuevas
instituciones económicas estatales y comunitarias serán
¡Los economistas
neoliberales! Los postulados neoliberales asesorarán la
revolución bolivariana.
Lo harán los economistas que egresan
del conjunto de universidades públicas y privadas, como
también los
especializados en los centros de propaganda neoliberal del imperio
CEDICE e
IESA, hasta ahora, todos modelados con un software cultural saturado
por el
racionalismo mercantil y las prácticas del darwinismo social
contenido en el
currículo de todas las facultades de ciencias económicas
y sociales de las universidades
venezolanas. La revolución
bolivariana,
por los hechos, no por el discurso, ha decidido que la economía
popular no
requiere economistas bolivarianos, revolucionarios, o por lo menos no
neoliberales, porque quienes saben de economía son los
neoliberales; o peor
aún, alguien en el gobierno parece haber decidido que como la
economía neoliberal
domina el planeta, su "conocimiento" es irresistible y es inútil
oponerse a ella. De allí la
decisión
para que la UBV no perdiera el tiempo en diseñar un programa de
formación de
grado en economía o ciencias
económicas.
Enajenación revolucionaria y consignas
reaccionarias
Una gran cantidad de bolivarianos vive la
revolución por radio y TV enajenados por la propaganda
comunicacional de la
revolución bolivariana. En la
práctica
real, estos son unos consumidores de argumentos y modelos
comunicacionales,
consumidores de programas de noticias y opinión; pero no viven
la revolución
real de carne y hueso. Para ellos Venezuela
"cambió para siempre" porque viven subjetivamente la
consigna. Se tragaron, o mejor dicho,
consumieron la propaganda oficial; excepto que formen parte de la
élite nueva,
para quienes de manera efectiva cambió su situación. Muchos jerarcas y dirigentes políticos
tienen satisfechas hace
tiempo sus máximas aspiraciones revolucionarias: casas y carros
nuevos, casa o
apartamento en la playa o en Miami, fincas para visitar el fin de
semana en
familia y quitarse el strees de la revolución y los reclamos de
la chusma,
negocios, tiempo para disfrutar vacaciones con su familia, acciones en
clubes
privados, remuneraciones elevadas, respeto público, conquista y
colonización de
espacios de poder burocrático, bandas de subordinados y lacayos,
protección
policial y vigilancia privada. A
estos
personajes responde la consigna de la propaganda oficial que reza ahora
Venezuela es de "todos (ellos)" , porque los representa y
pertenece. La colonizaron.
Por
ahora, esta no es una consigna del pueblo.
La consigna más acertada de todas, la que
no es
propaganda y por lo tanto, la más acertada, y a la vez, la
más canalla con la
revolución y los esfuerzos de quienes han dejado el cuero y la
sangre en las
batallas libradas hasta ahora, es la que dice: El país ha
recobrado la
normalidad.. Una frase cretina. Un descaro que no tiene nombre. Porque
no se refiere a normalidad que vive una
sociedad en tiempos revolucionarios. Dicho
de otra manera, la consigna no tiene nada que ver con la incertidumbre,
las
propuestas, debates, discusiones, tensiones, conflictos y caos que
pertenecen a
la normalidad de la vida de toda revolución.
¡No! No es a esto a lo que se
refiere la consigna, sino todo lo contrario.
Se refiere al regreso de la normalidad de la vida social de la
IV
República, al regreso de la conformidad y resignación del
ciudadano llamada “paz
social”, al regreso del consenso o negociación (reparto de
cuotas de todo tipo
para resolver el conflicto); Las juergas o bacanales de las
élites; Los remates
de caballos el juego de loterías y el envilecimiento masivo en
el juego de azar
como una esperanza para calmar la desesperación de la
población ante su pobreza
económica y la inflación; El aumento de la
prostitución el robo y el atraco
como alternativa de empleo; La corrupción pública, la
matraca, el abuso, la
represión policial, la indiferencia de la dirigencia
política y la burocracia
pública ante los problemas de la población; Los
negociados de las élites del
poder y la justicia oligárquica.; y pare usted de contar. Y lo más triste, el retorno del masivo
emborrachamiento
con alcohol de hombres, mujeres y jóvenes los fines de semana en
todos los
barrios, una “pertinente” cuota de alcohol semanal para
paliar la
depresión que
causa la diaria e interminable explotación.
Una escena semanal dantesca en todos los barrios de Caracas y el
resto
del país; una imagen o escenario común a todos los
barrios de los países
explotados por el capitalismo salvaje y sometidos a la
dominación de las
oligarquías y el imperio.
En momentos en que se requiere más que
nunca el
concurso popular para defender, consolidar y avanzar en la
participación
política popular, esta disminuye de manera significativa por el
agotamiento y
decepción de gran parte de los sujetos morales de la
revolución. Las elecciones de
octubre de 2004 son una
demostración fáctica de lo que aquí afirmamos.
Todas las justificaciones y discursos acerca de la merma en la
participación del pueblo revolucionario en la contienda
electoral pasada son
sólo unos vulgares y pueriles argumentos.
No conforme con la reacción popular en las elecciones
pasadas ante el
secuestro de los puestos de elección pública por las
élites y grupos de poder
partidista, la élite de la dirigencia bolivariana prepara el
terreno para
justificar los magros resultados del regreso a la normalidad de la vida
nacional, ante la inminente y anunciada nueva abstención de
votantes por una
nueva inconformidad con la escogencia de los candidatos realizada por
la dirigencia
política bolivariana. La dedocracia
está preparando de manera anticipada el escenario público
para justificar una mayor
merma de votantes en las elecciones de Juntas Parroquiales y
Concejales, las
elecciones de las autoridades del poder público más
cercano a las
comunidades. Los argumentos que esgrime
hoy la dirigencia bolivariana son: "históricamente (la merma) ha
sido
así", "existe una abstención estructural", "el pueblo no
le
da mayor importancia a las elecciones de representantes a los poderes
locales y
municipales", "en todo el mundo es igual", "así pasa en
toda América Latina", "las estadísticas así lo
demuestran",
etc., etc.
Lo que olvidan estos dirigentes, portavoces y
propagandistas gubernamentales, es que estamos en tiempos de
revolución. Y la revolución
cuando es verdadera y
transformadora cuenta con la mayor participación del pueblo. ¿No es esto así?
Además no sólo estamos
en
tiempos de revolución nacional sino en tiempos de
revolución antiimperialista,
bolivariana y latinoamericana. Estamos
confrontando al imperio, el verdadero gran enemigo de los pueblos. Lo que significa en términos sociales
agitación, intranquilidad, incertidumbre, debates,
polémicas públicas,
enfrentamientos, tensión permanente, caos social, pérdida
de la gobernabilidad,
caída y surgimiento de instituciones, emergencia de nuevos
discursos políticos
y liderazgos, destierro de la vieja cultura nacional.
Lo que nos inquieta,
es que no es la normalidad descrita en el
párrafo anterior la que vivimos desde hace un tiempo para
acá, sino todo lo
contrario. En eso estamos de acuerdo
con la consigna de la propaganda gubernamental, el país ha
regresado a la
normalidad (cuartarepublicana). ¡Los
burócratas del gobierno bolivariano con sus acciones y
políticas
contrarrevolucionarias están haciendo que la gente abandone la
revolución y
regrese a sus casas!
Mensaje a García
Señor presidente y señor vicepresidente, el
país está
regresando a la normalidad de la IV República.
El gobierno que ustedes dirigen tiene el completo control de los
resortes que movilizan a la mayoría del pueblo bolivariano.
Ustedes
mediatizaron al pueblo y a la revolución. Ustedes tienen, por
ahora, el control
mediático de la revolución bolivariana. Por lo tanto, en
ustedes recae, en
primer lugar, la tarea de sacar al país de la normalidad
cuartarepublicana y
ponerlo en el camino de la normalidad revolucionaria de la V
República, porque
fueron ustedes con sus acciones los que lo mandaron a encerrarse en sus
casas y
abandonar gran parte de las tareas de la revolución; no con los
discursos, casi
todos incendiarios, humanistas y progresistas, sino con las acciones
del
gobierno, como resultado último de las políticas. Si al pueblo no lo sacamos de inmediato de sus
casas, más
temprano que tarde se desatarán las tormentas sociales que
emergen de la rabia
e impotencia de pueblos frustrados y engañados por las
élites. Porque nada ni nadie
impedirá la brutal
explotación del pueblo ante la arremetida salvaje del imperio y
la oligarquía,
quienes esperan el momento en que el pueblo abandone por completo las
calles
para arremeter. La flama de la llama
transformadora que alumbra el camino de una esperanza bolivariana para
Latinoamérica, todavía tiene lumbre suficiente, muy a
pesar de los vientos que
soplan para apagarla desde el norte, desde el este caraqueño y
desde el centro
del Estado y sectores del gobierno. Eviten
que esa llama que
alumbra al pueblo bolivariano un camino de esperanzas se apague, porque
se
apagará quizás para siempre. Tengan
en
cuenta que si eso ocurre, primero se apagará para ustedes y
luego para el
pueblo, para todos nosotros.
Este es el momento en que tienen que tomar la
iniciativa todos los revolucionarios.
Este es un nuevo momento crítico medular que vive la
primera revolución
del siglo XXI, donde la tarea principal de los revolucionarios es sacar
al
pueblo de sus casas y tomar las calles de todo el país. Es el momento de la elevación del nivel
político del pueblo. Es el momento
de
las polémicas, los debates y las discusiones sobre todos los
temas sin dejar
ninguno por discutir, ni uno solo. No
pueden haber temas sagrados o tabúes, ni tampoco temas
sólo para especialistas
del gobierno o intelectuales del status político.
Las discusiones hay que llevarlas a todos los lugares de
reunión
y circulación públicos, plazas, avenidas, transportes,
mercados, comederos,
sitios de estudio, lugares de trabajo y de vivienda.
Este momento más que el tiempo de la propaganda es el tiempo de
la comunicación e información revolucionaria, es el
tiempo de la organización política y social del pueblo,
el tiempo de la educación política del pueblo bolivariano
revolucionario.
Caracas 23 de Julio de 2005