Sociedad
civil y verdadera democracia
Por Luis Alberto Luna Tobar, Obispo emeritus, Ecuador (Diario “Hoy”)
A los viejos amigos de las horas más claras y duras de liberación y de esperanza en los valores sociales más humanos, nos ha sido sumamente gratificante la presencia de un maestro, al que se le encuentra siempre donde su figura es un signo de cambio y su pensamiento constituye un argumento terminante de evolución social. Le hemos visto estos días en Cuenca, entre economistas y sociólogos de todas las dimensiones culturales de lo presente, a Heinz Dieterich Steffan. Con él nos han llegado memorias sagradas, recuerdos de lucha y conquista, signos imperdidos de auténticos cambios.
Autor o coautor de muchas obras fundamentales para el estudio y análisis promotor de movimientos sociales, trae a mano su última tesis y obra, que con el título de Democracia Participativa y Liberación Nacional, propone a pueblos en trance de conmoción social renovadora, aquello que podría considerarse como un proyecto histórico de tal valor y energía, que bien podría y debería llamarse el Tercer Orden Mundial o, acaso, más políticamente, el Socialismo del siglo XXI.
Con claridad magistral, Dieterich, demuestra cómo el ‘genoma’ de la historia determina el fin de la civilización burguesa, con el agotamiento de toda la energía vital que la imaginábamos pletórica en la figura del Estado, del mercado y de las clases sociales. Enredándose con las huellas de estas liquidadas figuras surge del genoma histórico el crecimiento científico y su emparejamiento con lo técnico, dándole por este lado de la necesidad de evolución técnica un indiscutible poder al trabajo y con él a una sociedad organizada con mayores y mejores complejos dinámicos.
Los proyectos históricos que generaron y fundamentaron la democracia han recibido de la historia ocasionales aprobaciones y han dejado que esa misma historia les descalifique, casi siempre a través de la incompatibilidad de doctrina política y exigencias económicas. Ellas estancaron todo proyecto socialista.
Históricamente y como genoma enérgico, la historia exige la generación doctrinal de un nuevo socialismo, el del siglo XXI, desde una democracia participativa, por cuya instauración se han proclamado como gestores iniciales y como base constitutiva de su naturalidad, las organizaciones
sociales de raíz más autóctona y de probada experiencia secular, en muchos de los casos ya vividos en Latinoamérica.
Somos los latinoamericanos los llamados a instaurar este Tercer Orden Mundial en una democracia que realice el auténtico cogobierno de las comunidades organizadas que, con la seguridad consciente del poder de la integración de definición política y organización social, cogobernemos, eliminando todas las burguesías y calificando como evolucionadores a todos los movimientos sociales, especialmente a los de más viejas raíces autóctonas.
Noam Chomsky, Catedrático de
lingüística y filosofía, Estados Unidos
“Estuve encantado al recibir el libro. En una breve revisión parece fascinante. Espero que una traducción al inglés esté en proceso - hace tanta falta. Espero que el título se haga realidad antes de que haya mucho más sufrimiento y agonía.”
Pedro Casaldáliga, Obispo, Brasil
“Les agradezco de verdad esté libro profético. Sólo he podido hojearlo por ahora, pero me parece muy valiente y lúcido, dentro de una utopía realista por necesaria.
Hace tiempo que estoy convencido de que ese neoliberalismo del mercado total es tan homicida como suicida. Y como la humanidad es hija del Dios de la Vida, ha de reaccionar inevitablemente. Hacia la Vida vamos. Sigan, sigamos en la “caminhada”, como decimos aquí en Brasil.”